Este post me lo ha dedicado mi madre Isabel...y hoy que es su día lo publico en mi Blog.
¡Feliz día de la madre mamá!
Hace no tanto tiempo yo tenía una hija con la cual me
podía comunicar por medio de aquello que se llamaba diálogo. Un buen día
tuvimos que cambiar los móviles, porque estaban ya un poco trasnochados
(especialmente el mío, buen amigo al que adoraba, con el que me entendía muy
bien y que ya llevaba su tercera pila cambiada. No lo puedo remediar, soy un
alma fiel y me molesta arrinconar amigos, aunque sean electrónicos…). Aquel
día, mi hija Yasmine decidió que necesitaba un Iphone 4. Yo, que sinceramente soy bastante negada para estas
cosas, pensé que si lo necesitaba por algo sería. Nadie sabrá nunca cuánto me
he arrepentido de aquella decisión.
El Iphone la
condujo por extraños derroteros hasta hacer un Master en Community Management.
Desde entonces tengo una hija que está pegada al ordenador, twitteando, escribiendo posts, etc. He
tenido que ampliar mi ya extenso vocabulario para poder entenderla cuando me
habla, porque estaba harta de oír
aquello de “¡no te enteras, Mama!” Hace unos días me comunicó que me había
metido en el FACEBOOK, porque le
hacía falta para no se qué. Me gustaría saber cómo me ha metido, pero
posiblemente no lo descubra nunca porque no tengo la menor idea de cómo se
entra en ese sitio…
Antes se tumbaba en mi cama para ver la tele por las
noches. Ahora tengo a mi lado una especie de ente compulsivo twitteando todo el rato. De vez en
cuando se ríe o se sonríe y cuando yo, pobre optimista, pienso que es por algún
comentario mío, la miro y veo que no, que es que le ha llegado un tweet de esos, vía Iphone por supuesto, y que le está haciendo muchísima gracia. Como
soy bastante realista estoy empezando a darme por vencida. No se puede competir
contra más de 1000 seguidores que hablan ese extraño lenguaje que yo no comparto.
Mis encantos maternales se ven reducidos a comprar agua mineral con gas, sacar
a su perra cuando ella no puede y hacer comiditas. La única solución sería
hacer un cursillo intensivo de redes sociales, mandarle un tweet cuando tenga que
decirle algo y darle las buenas noches diciéndole cariñosamente: “Nena, nos vemos
en el FACEBOOK…”
P.S. Me olvidaba del importantísimo WhatsApp (este todavía no lo tengo muy claro, pero creo que también
sirve para no poder hablar…)